lunes, 18 de abril de 2011

Vecinopsis

 Como un personaje de ciencia ficción. Su mirada nunca sale del asombro porque, claro, viste los ojos con dos gigantes lupas. De un metro ochenta y pico, pelo parcialmente nevado y cúbicas facciones siempre se enfunda en bermudas, medias hasta la canilla (de toalla) y ojotas (esas de tela bien noventas con detalles en color fluo).
Hablo de un inquilino de cuarenta y tantos años, que habita el sexto  (de berenjena), excéntrico como Los Tenembaums, un aficionado de la música clásica principalmente en tenebrosas noches de tormenta, el gurú del estilo Barroco, un fanático namber uan de martillar paredes los fines de semana a primeras horas del día. 

Pero no todo es color ocre intenso en su vida: al menos una vez a la semana pareciera que hierve huesos de Pterodáctilo. El humo de su brebaje entra a mi ventanilla y se apodera de mi paciencia (esa poca que tengo) entonces ahí es cuando propongo que comience una guerra de aromas, en donde Sumerios traten de desterrar a Humus. Por momentos parecen complotarse, a pesar del odio que se tienen, e inventan un olor más desagradable aún, pero el enfrentamiento siempre tiene un vencedor que se define a veces para los Hunos y a veces para los otros.
La vida de este sujetoide aparenta girar en torno a unidades y no a comunidades, tiene una vida social limitadísima, más bien nula. Desconozco su actividad laboral (oficial), pero mis intuiciones indicarían que ocuparía su tiempo en tratar de recrear a Parque Jurásico. Creanme que es difícil resolver las hipótesis que me plantean las distintas situaciones.
Paranormal, permanece en un bucle espacio- temporal más allá del bien y el mal. A veces pienso que su poderosa mente se traslada a este relato, porque está convencido de que, nuevamente, despertó la inspiración en alguien.

viernes, 15 de abril de 2011

Una entrada para no empachar

Si no laburó una mierda o todavía no agarró los libros... ¡¡CALMESÉ!!: recuerde que siempre hay uno más al pedo que usted, que se quemó las pestañas pensando en pavaditas que le pueden llegar a servir:




No duerma con medias: dele un respirito al cuerpo en algún momento del día, no siga fermentando el queso que se le forma en el pie. No se esfuerce: no existe nada más fuerte después del roquefort.


Trate de no llorar en lugares públicos: nadie tiene porque saber que usted está mal atendido.


Nunca está de más llevarse jabones y champús de los hoteles: siga amontonando pelotudeces en el botiquín.


Lea el horóscopo al menos una vez al mes: siga creyendo que Neptuno tiene conexión metafísica con la testosterona de los ascendentes en Virgo.


Suspire: ¡vamos! a través de este canal, usted puede controlar las ganas de matar aumentando. 


Sepa a quien darle el asiento en el colectivo: recuerde que hay ancianas tiernas y doloridas y hay viejas repugnantes y conchetas.


No sea tan paranoico: no se asuste si su vecino escucha música clásica a horas que no toca y con tormenta de fondo.


No tire la comida: las sobras, para un estudiante, son manjar. Asegure la viandita para “mañana al mediodía”.


Mire cine clásico: no sea el pelotudo que queda afuera de una conversación porque no vio Scarface o la trilogía de El Padrino. 


Viva solo: experimiente, al menos por un tiempo, almorzar cuando tenga hambre, usar la computadora cuando se le plazca, dormir todo lo que quiera, hablar solo con las paredes... Si total nadie le va a decir nada.