viernes, 15 de abril de 2011

Una entrada para no empachar

Si no laburó una mierda o todavía no agarró los libros... ¡¡CALMESÉ!!: recuerde que siempre hay uno más al pedo que usted, que se quemó las pestañas pensando en pavaditas que le pueden llegar a servir:




No duerma con medias: dele un respirito al cuerpo en algún momento del día, no siga fermentando el queso que se le forma en el pie. No se esfuerce: no existe nada más fuerte después del roquefort.


Trate de no llorar en lugares públicos: nadie tiene porque saber que usted está mal atendido.


Nunca está de más llevarse jabones y champús de los hoteles: siga amontonando pelotudeces en el botiquín.


Lea el horóscopo al menos una vez al mes: siga creyendo que Neptuno tiene conexión metafísica con la testosterona de los ascendentes en Virgo.


Suspire: ¡vamos! a través de este canal, usted puede controlar las ganas de matar aumentando. 


Sepa a quien darle el asiento en el colectivo: recuerde que hay ancianas tiernas y doloridas y hay viejas repugnantes y conchetas.


No sea tan paranoico: no se asuste si su vecino escucha música clásica a horas que no toca y con tormenta de fondo.


No tire la comida: las sobras, para un estudiante, son manjar. Asegure la viandita para “mañana al mediodía”.


Mire cine clásico: no sea el pelotudo que queda afuera de una conversación porque no vio Scarface o la trilogía de El Padrino. 


Viva solo: experimiente, al menos por un tiempo, almorzar cuando tenga hambre, usar la computadora cuando se le plazca, dormir todo lo que quiera, hablar solo con las paredes... Si total nadie le va a decir nada.

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