jueves, 26 de mayo de 2011

Que construyas una escalera a las estrellas y subas un peldaño cada dia

En una oportunidad, cuando era pequeña, mi abuelo Ramón notó que me aquejaba cumplir años, entonces sentados los dos: el en la cabecera tomando mate y yo al ladito apenas apoyando mi pera en la mesa, me explicó que la vida es como un centímetro (de esos que se usan para medir cosas). Quisiera recordar con precisión que edad tenía el en ese momento, pero me acuerdo que dijo que le quedaban ya pocos centímetros para llegar al metro. Entonces, me aconsejó que lo mejor que puedo hacer es disfrutar cada año de mi vida como si fuera el último. Agarraba el centímetro y me mostraba con sus deditos arrugados, un poco temblorosos, todo lo que me faltaba recorrer. Mi expresión fue como de sorpresa. Aquella enseñanza estaba ahí, faltaba que alguien me la explicara y que mejor que de esa forma. Ya pasaron algunos años de ese momento, y pienso que algunos centímetros los atravesé corriendo, a veces con miedo y a veces sin darme cuenta. Hoy mido 20 centímetros y algunos milímetros, y no sé cuanto más me extenderé. Lo único que sé, es que el que para a descansar en el camino de los azares y desafíos, es el que quiere morir.

1 comentario:

  1. que lindas tus palabras agus,me emocione pero que ciertas las palabras del abuelo...muy lindo escribiste lo que el te conto ese dia que tambien estabamos con ju.te quiero mucho.

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